miércoles, 13 de mayo de 2015

Citroen Ami 6 (1961-68) - Norev 1/18


El Citroen Ami tuvo su presentación formal en Francia en abril de 1961, cuatro meses antes del largamente anunciado Renault 4.
Ambos, surgieron como respuesta a la necesidad del mercado de un vehículo algo más grande y menos rústico que el 2CV.

El Ami no es más que un 2CV recarrozado y con ciertas mejoras mecánicas, particularmente un motor más grande que los 2CV de los años 50, esto también para compensar el mayor peso añadido.

A su lanzamiento, todos los Ami eran propulsados por un dos cilindros, enfriado por aire de 602 cc que también podía ser montado a un costo extra en los 2CV desde 1970.
La plataforma, chasis y suspensión eran similares al 2CV, siendo independientes en todas las ruedas, usando brazos frontales y traseros interconectados entre sí por resortes helicoidales.
Los asientos del Ami eran fácilmente desmontables, incluso en los afiches de publicidad podían verse fotografias de los asientos utilizados como sillas de picnic.


Otra característica innovadora, junto a los Taunus P3 era el uso de faros rectangulares, la práctica usual hasta ese momento (incluso en autos de gama alta) era que los faros debían ser redondos, llegando al extremo de USA en que esto era ley y cualquier otra forma fue prohibida hasta 1975, cuando recién ahí todos los fabricantes se animaron a formas de faros no convencionales.

El Ami 6 sedán se distinguía por su singular ventana trasera de ángulo invertido, parecida al Ford Anglia, posteriormente la serie Ami se presentó ya con cambios en el frontal y la trasera renombrándose Ami 8, con carrocerías fastback y club (o rural) que fue la que se fabricó aquí en Argentina y que todos recordamos.

Tuvo un exitoso ciclo productivo con casi 1,9 millones de unidades antes de ser reemplazado por el no menos exitoso Visa.


La Miniatura

Como es usual en esta marca de origen francés, nos ofrece modelos galos inéditos en otros fabricantes, ideales para quienes como yo se interesan más por los vehículos mundanos que por los superbólidos que, a esta altura, ya prácticamente no se ha dejado ninguno sin reproducir, y en muchos casos se entra en la reiteración entre diferentes marcas de modelismo.

Dicho esto, pasemos a este simpático Ami 6, que obviamente nos atrae por el parecido con aquel Ami 8 tan popular en nuestras calles de los años 70 y entrados los 80.



Como todo Norev de este siglo (y escala) el aspecto exterior es impecable, fidelidad con el prototipo hasta el último rincón y pintura finamente aplicada con una combinación cromática bien de la época (hay dos o tres variantes en el catálogo), todas con techo en marfil haciendo juego con las llantas.



El frontal, con un singular paragolpes con defensas adicionales que protegen a la parrilla de posibles toques de estacionamiento. Por detras de ella y en trama microperforada, se alcanza a ver la turbina refrigeradora del bicilíndrico, sin duda un punto adicional en calidad percibida.
Otro acertado detalle es la tonalidad amarillenta insinuada dentro de los proyectores, al reflejarse la lámpara amarilla (reglamentaria en esos años en Francia) dentro de la parábola, realmente muy bien logrado ese efecto, como corresponde y sin exagerarlo.



El lateral tan característico del que hablamos al principio, con la llamativa luneta en ángulo invertido, cintura baja con superficie vidriada muy amplia, la ventanilla delantera corrediza, que luego en el Ami 8 pasaría a ser de sube y baja, conservando solo esa primitiva disposición en la trasera. 



Hasta el momento, la miniatura cumple con creces con lo esperado de ella, desde cualquier ángulo en que la miremos, algo similar a lo ya visto en el Renault Dauphine



Por el lado de las aperturas, ofrece cuatro de las seis posibles, el interior destaca por lo completo y realista, empezando por el volante, que yo creí que con las ruedas alineadas el único brazo debería estar apuntando hacia abajo, pero luego de recorrer distintas fotos reales me dí cuenta de que esa es su posición normal y no un error de armado como yo suponía.



Me gustó mucho la textura y color del tapizado, que con esos botones hundidos y la trama que simula el tapizado de cuerina de dan un aire muy particular, bien de la época.



Por el lado de la trasera, una amplia tapa revela un gran baúl con todo su interior de chapa muy fielmente representado, adivinándose al fondo los respaldos de los asientos traseros que seguramente en esos tiempos no eran abatibles como lo son casi todos hoy dia.
El detalle del burlete en negro que prolijamente contornea suma otro puntito más al conjunto.



El vano motor, si bien es completo y detallado incluyendo hasta la rueda de auxilio con sus sujetadores, aplaza la nota al ofrecer, casi como un ADN del fabricante ya visto en otros modelos, la clásica representación del motor mediante una simple pieza con distintos relieves, en lugar de ofrecer un verdadero propulsor en 3D, cosa que por otra parte no hubiese sido tan oneroso al tratarse de un motor sencillo y pequeño. Demás accesorios como cables o filtro de aire maquillan un poco el entorno como para que la comentada chapuza no sea tan evidente... 





Por último los bajos, en este caso sí resultan convincentes, toda vez que las suspensiones trabajan tal cual el prototipo mediante resortes ocultos, solo le criticaría algunos detalles como la cara interna de las llantas con signos de ensamble de la cara externa muy visibles, y además que el sistema en sí es algo frágil pues los brazos por su movimiento tienen cierto juego axial (nótese la delantera izquierda que en reposo apunta hacia abajo) que hace que las ruedas al soportar el considerable peso del conjunto adopten distintos ángulos según como se lo haga, razón por la cual hay que "acomodarlas" un poco con las manos para que queden "bien paradas" y de esa manera se luzca bien el modelo tanto en las fotos como en la vitrina.



En resumen,  dejando de lado esos pequeños detalles que cualquier miniatura puede tener, es un modelo muy querido y deseado por quien esto suscribe, espero que les guste también.